Este melocotón ha alcanzado su prestigio en el mercado además de por su gran tamaño, por su excelente sabor y dulzura. El auténtico garantiza una dulzura mínima de 12 grados Brix, el mínimo a partir del cual los melocotones emiten su atractivo aroma.
Cada melocotón es embolsado uno a uno en el propio árbol y permanece allí los últimos 2 meses de crecimiento. De este modo madura dentro de una bolsa protectora que garantiza su pureza ya que no entra en contacto con ningún tipo de productos fitosanitarios ni con agentes externos.
En el mercado se entiende por “Melocotón de Calanda o Melocotón amarillo embolsado” a los frutos procedentes de la variedad autóctona “Amarillo tardío” y sus clones seleccionados. Una de sus características diferencias es el dominio de una gama cromática en la que dominan el amarillo crema y el amarillo pajizo.